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Hace medio millón de años, nuestros antepasados ya cazaban con afiladas lanzas de piedra. Esto es lo que acaba de comprobar un equipo de científicos liderado por Jayne Wilkins, de la Universidad de Toronto, al descubrir que estas armas prehistóricasse usaban 200.000 años antesde lo que se pensaba hasta ahora.
Wilkins, la firmante principal de estudio recién publicado en 'Science', junto con investigadores de la Universidad de Arizona y de Ciudad del Cabo, han llegado a esta conclusión tras analizar piedras delyacimiento de Kathu Pan en Sudáfrica. Las rocas fueron recogidas durante las excavaciones realizadas por el arqueólogo Peter Beaumont entre 1979 y 1982.
El equipo corroboró la función de lanza de estas piedrascomparando su desgastecon el deterioro en armas más modernas utilizadas para cazar gacelas.
Este fragmento podría forma parte de un evangelio apócrifo
Unfragmento de un papiro del siglo IVal que hasta ahora no se había prestado atención y que podría formar parte de un evangelio apócrifo hace una mención deJesucristoy su esposa, lo que alimenta la teoría de queel mesías del cristianismo estuvo casado.
Un estudio publicado por la profesoraKaren King, de la Harvard Divinity School, en Massachusetts, detalla que ese fragmento de papiro incluye la frase en copto, el lenguaje de los antiguos cristianos en lo que en la actualidad es Egipto: "Jesús les dijo, mi esposa ...".
Para King, que presentó sus conclusiones en el Congreso Internacional de Estudios Coptos en Roma, este antiguo papiro "aporta la primera prueba de que algunos de los primeros cristianos creían que Jesús había estado casado".
Han logrado secuenciar el genoma del homínido de Denisova, encontrado en 2010, en Siberia
En marzo de 2010, un extraño fósil salió por primera vez a la luz pública. Encontrado dos años antes en la remota cueva siberiana deDenisova, en los montes Altai, se trataba de un fragmento deldedo meñique de una niña(o de un niño) de unos siete años de edad que habitó en esa región hace más de50.000 años. En el mismo lugar se encontraron también variosartefactos y herramientasy, algo más tarde, dos piezas dentales.
Los restos eran demasiado escasos como para determinar, por su morfología, laespeciehumana a la que pertenecían. Así que terminaron en Leizpig (Alemania), en manos deSvante Pääbo, director delInstituto Max Planck de Antropología Evolutivay uno de losmayores expertos mundiales en ADN fósil.
El hallazgo permite adelantar en 20.000 años la llegada del hombre moderno al SE Asiático
El hombre moderno —nuestro antepasado directo— era un impenitente viajero. Y, para los medios de la época —a pie—, bastante rápido. Tanto, que llegó, desde el origen común africano de hace más de 140.000 años al sudeste asiático, hace unos 60.000, según publican enPNAS, la revista de la Academia Americana de Ciencias, investigadores de laUniversidad de Illinois en Urbana-Champaign.
La datación ha sido posible gracias al hallazgo de fragmentos de un cráneo muy bien conservados en una cueva de los montes Anamitas, al norte de Laos. Y el resultado hace retroceder en 20.000 años la fecha estimada de la llegada de nuestra especie al sudeste asiático.
El hecho de que el hallazgo haya sido de una calavera es especialmente importante. Cuestiones como la capacidad cerebral, la composición de la dentadura, o incluso la forma de caminar, se pueden determinar con estos restos.
Trabajo arqueológicos desarrollados en la cueva de Eirós
Los trabajos arqueológicos desarrolladosen la cueva de Eirós, en Triacastela (Lugo), han propiciado el descubrimiento de los "primeros restos de arte parietal paleolítico" del noroeste, en forma "de pinturas y grabados rupestres". El resultado de la investigación ha sido presentado esta mañana en Triacastela por el conselleiro de Cultura de la Xunta, Xesús Vázquez Abad, acompañadopor el rector de la Universidadde Santiago de Compostela (USC), Juan Casares e integrantes del equipo responsable de los trabajos arqueológicos.
"Todavía estamos a la espera de confirmar las sólidas hipótesis presentadas con los resultados de pruebas como las de fecha radiocarbónica', explicó el conselleiro, pero también recordó que 'el excelente nivel científico del equipo multidisciplinar que se ocupa de las intervenciones arqueológicas, permitirá contar con información precisa y fiable".
El este de África estuvo habitado por tres especies de homínidos al comienzo de la evolución humana, elHomo erectus, elHomo habilisy una tercera especie recién descubierta, a partir delhallazgo de tres fósiles en un yacimiento de Kenia.
El descubrimiento, del que informa este miércoles la revistaNature, es obra de un equipo de científicos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Alemania y arroja nueva luz sobre los primeros momentos de la evolución humana tras la escisión de los primates.
Los fósiles,un cráneo casi completo y dos mandíbulas inferiores, pertenecieron a tres individuos diferentes quevivieron hace unos 1,95 millones de años, durante el Paleolítico Inferior, y se conservan en buen estado, según explicó Fred Spoor, paleontólogo y co-autor del artículo junto a la también paleontóloga Meave Leakey, del Turkana Basin Institute de Nairobi (Kenia).
Investigadores alemanes han descubierto en la Biblioteca Universitaria de Múnich un desconocido ejemplar del llamado mapamundi de Waldseemüller, el primero en el que aparecía el nuevo continente con su nombre de América.
El director de la citada biblioteca al sur de Alemania, Klaus-Rainer Brintzinger, señaló que se trata de un descubrimiento "sensacional", toda vez que sólo se conocen muy pocos ejemplares del mapa dibujado por el cartógrafo Martin Waldseemüller (1470-1522).
El nuevo ejemplar, de 500 años de antigüedad, fue descubierto recientemente por dos investigadoras y estaba encuadernado entre dos grabados sobre geometría dentro de un lote de libros y documentos del siglo XIX que hasta ahora había pasado desapercibido en los fondos de la biblioteca.
Científicos británicos obtienen la primera prueba de producción láctea
Los seres humanos domesticaban a sus animales y ya ordeñaban al ganado hace cerca de 7.000 años en el África subsahariana, según una investigación publicada en la revista «Nature» por un equipo internacional de científicos liderado por la Universidad de Bristol (Reino Unido).
Mediante una serie de análisis a ácidos grasos extraídos de una vasija de cerámica sin esmaltar que fue excavada en un sitio arqueológico de Libia, el grupo de investigadores ha demostrado que la presencia de estas grasas confirma que la vasija era un elemento utilizado para procesar la leche.
Según el informe, se trataría de la primera evidencia de la producción lechera en el continente africano, realizada por pastores prehistóricos del Sahara en el quinto milenio.
Los arqueólogos que trabajan en el yacimiento de Costamar, en Cabanes, han hallado el mango de una hoz fabricada con asta de ciervo durante el periodo Neolítico, según han informado fuentes de la Fundación Marina d'Or en un comunicado.
La herramienta tiene una longitud de 37 centímetros y en la parte distal conserva uno de los extremos apuntados del asta, que habría servido para recoger las espigas.
El hallazgo se ha producido en las excavaciones que realiza la Fundación Marina d'Or y la Universidad Politécnica de Valencia en la zona, bajo la dirección del arqueólogo Enric Flors. La pieza ha sido analizada por responsables de la Institución Milá y Fontanals de la Agencia Estatal Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC-IMF).
Otzi al ser descubierto tenía tejidos intactos, pero los primeros estudios no habían permitido detectar rastros de sangre. Los investigadores pensaron que se había autodestruído por el paso del tiempo, pero pericias más acuciosas revelaron residuos sanguíneos en sus heridas.
“Hasta el momento, se ignoraba con precisión cuánto tiempo la sangre podía sobrevivir y sobre todo a qué podían parecerse las células sanguíneas que datan de la edad del cobre”, explicó el antropólogo Albert Zink, especialista de Otzi, a la agencia AFP y reproducido por El Comercio.