La bola está hueca, tiene dos hemisferios soldados y ha sido realizada por una aleación de metales |
Cuando Jamie Uys escribió la película 'Los dioses deben estar locos',
sobre una botella de refresco que cae en un poblado bosquimano y cómo
el misterioso objeto les cambia la vida, no imaginaba que tres décadas
después un artefacto metálico encontrado en la sabana africana resucitaría su argumento, en este caso con un final aún cargado de incertidumbre.
Ahora se ha sabido que el mes pasado, en una aldea remota del norte
de Namibia, a unos 750 kilómetros de la capital, Windhoek, se encontró
una bola de metal de unos 35 centímetros de circunferencia
y unos seis kilos de peso. Los habitantes, cinco días antes, habían
escuchado una serie de pequeñas explosiones a unos cinco kilómetros de
distancia, justo en la zona donde luego se localizó la bola de metal. |
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